Hace un par de meses se me ocurrió que capaz, a lo mejor, en una de esas necesitaba un parlante Bluetooth portátil. Luego de un par de vueltas terminé comprando un JBL Charge 2+ por unos $2.800 a un importador directo.
El producto viene muy bien presentado en su caja, incluyendo una guía rápida de funcionamiento, un instructivo de riesgos y límites de funcionamiento, y un cargador USB de muy buena calidad junto con un cable micro-USB de gran extensión. El parlante en sí se presenta envuelto en una saco de poliestireno, y si bien en general todo el paquete denota cuidado y calidad, se hecha en falta algún tipo de funda de tela para el transporte. Es probable que JBL haya querido enfatizar la durabilidad de su producto (que se publicita para un uso en exteriores), pero no habría estado de más el detalle.
El aparato en sí consiste en un cilindro de unos 7 cm de diámetro por 18 cm de largo y casi medio kilo de peso, y ciertamente se siente sólido en la mano, de hecho, la primera impresión cuestiona un poco su potabilidad más allá de una valija, pero tiene otros méritos que explican sus dimensiones y dan una buena excusa para no hablar mucho más del tema, uno de ellos es su batería de unos 6000 mAh, con un tiempo estimado de 12 horas de audio continuo según el fabricante.
Los botones físicos están ocultos bajo un protección de goma traslúcida y bien señalizada. Se sienten muy bien al tacto, en especial el control de volumen con su relieve distintivo, y tienen un “click” satisfactorio. De arriba a abajo tenemos: botón de encendido que funciona también como indicador de carga; botón de bluetooth que no solo sirve para realizar la paridad con nuestro dispositivo, sinó que además puede apagar completamente las emisiones para el caso que estemos empleando un cable; botones de volumen, no pude determinar como operan exactamente en conjunto con el volumen de salida del equipo de audio pero se diría que hay algo de amplificación; al costado tenemos un indicador de cargar de batería de cinco luces; botón “party” que permite operar con más de un equipo de audio, y si bien el parlante puede retener paridad con hasta 3 dispositivos en todo momento, el botón “party” permite cambiar automáticamente entre uno u otro dependiendo cuál esté transmitiendo audio; si estamos haciendo paridad con un teléfono, el botón de respuesta nos permite responder a una llamada y el micrófono interno nos permite hablar como si fuera un manos-libres.
Los conectores que se ofrecen son muy interesantes y todos están certificados resistentes a salpicaduras. Tenemos, para empezar, el micro-USB de carga; luego un minijack estéreo para ingresar audio sin depender del bluetooth ni sufrir su compresión del sonido; por último el USB-3 nos permite realizar la operación contraria al micro-USB, es decir, usar el parlante como un power-bank y cargar nuestro celular o dispositivo portátil. Esta fue una de las razones de compra del aparato y puedo decir que es notablemente práctico.
Pasando al sonido, el JBL Charge+2 no decepciona. Lo más notable a simple vista son los dos radiadores pasivos en los costados, que se ven muy impresionantes y en la práctica realmente hacen diferencia. En general el sonido del aparato se puede describir como “lleno”, dominante en los tonos bajos, tonos altos suaves, nada estridentes, y medios notablemente activos. Es suficiente para llenar el fondo de una fiesta o escuchar música de forma decente mientras se hacen las tareas del hogar. Personalmente lo empleo también para escuchar podcasts y las voces se escuchan claras y con profundidad.
Un aspecto interesante del diseño es que el aparato puede apoyarse tanto horizontalmente como verticalmente. Los drivers están ubicados a los lados del cilindro, por tanto se puede controlar la forma en que el sonido se extiende, y en posición vertical — y si bien uno de los radiadores queda oculto — repercute sobre la superficie, lo cual a veces es beneficioso para los bajos. En cuanto a su autonomía, las 12 horas de audio del fabricante son correctas. El aparato fue estrenado un una fiesta, donde estuvo activo a mediano volumen durante unas 5 horas y luego otras 3 al día siguiente, dando alternativamente carga a un par de teléfonos. Esto redujo las cinco luces de carga a dos.
No puedo encontrarle grandes puntos negativos al producto. Tal vez sea algo voluminoso para considerar transportarlo de forma constante, pero gran parte de la culpa la tiene la batería interna que es el motivo de su gran autonomía de funcionamiento y de carga. Con respecto a su precio, es algo más costoso que las opciones de Philips que suelen quedarse cortas en el apartado sonoro, pero algo más barato que sus competidores directos como el UE Boom 2, por tanto y en definitiva, es decisión del usuario el plantearse invertir en un aparato de este tipo. Pero dinero en mano y ante la necesidad y/o ganas, sin lugar a dudas lo recomiendo enfáticamente, especialmente a los amantes de la buena música y a los escuchadores seriales de podcasts, que están hartos de apoyar sus smartphones sobre la mesa de madera a ver si logran mejorar el sonido.
Para un buen video-review (en inglés), recomiendo: