Bueno, nunca salgo a boliche. Anoche salimos al boliche. Arranqué pasadas las 6 y la verdad me fui al re carajo. Es al pedo, escribo una cosa y se va, se va, se va. Retomo y se va y se va y se va. En fin, de nuevo, muy buen material, incluído el tuyo. No te niegues participar si de última no vas a ganar un premio
, y encima con el tiempo que le estás poniendo encima!.
Que lo parió... que yo esté un domingo a esta hora escribiendo en el foro es inaudito Alex, te quiero matar. Lisandro me regaló el invite para el dota pero no lo pude tocar culpa del concurso jeje. En fin, me voy a dormir, por favor danos 1 día de descanso...
Corrección: en el plot pusiste que Lavanda era el origen de la nave, como si ahora estuviera volviendo, pero en mi parte del relato, Lavanda vendría a ser el destino original al que se dirigía la tripulación.
Capítulo 3: Preguntas. Respuestas. Más preguntas.
Tssssssssssss… ¡¡¡Noooooo!!! Tuc-tuc-tuc-tuc-tuc-tuc-tuuc-tuuc-tuuuc-tuuuuc... Una válvula se abre y me asusta acelerando al máximo mis pulsaciones. Siento un sonido algo metálico, mecánico, y uso mis brazos para sacar la cabeza hacia afuera como si intentara salir a la superficie de un océano y no tuviera aire en los pulmones. Al abrir los ojos no diviso nada, medio dormida, medio despierta, voy tomando conciencia nuevamente y revivo los últimos minutos mientras espero que mi vista finalmente haga foco.
Muchas imágenes atravesaron mi mente, difusas… y sin sentido. Escenarios de guerra, naves, instalaciones en tierra, diarios, pantallazos de algún informativo y hasta el homepage de un portal en el que me veía posando como modelo. También incluso algunas fotos con gente desconocida, de rasgos aparentemente distintos, como si se tratara de no-humanos.
Dicen que en estado de criogenia uno puede llegar recorrer su pasado, a soñar mucho más vívidamente que cuando duerme por la noche, pero nada de eso me pasó. Solo el susto y la escena del final: tirada en una cama, atada con arneses en mis brazos y piernas, gente a mi alrededor escondida detrás de trajes blancos con máscaras y una luz enceguecedora sobre mi cabeza. Enseguida, me acercan a la cara una especie de careta con mangueras y una nube de gas me reduce la visión mientras sin éxito trato de deslizar los brazos para zafarme, gritando a viva voz… como si alguien fuera a detenerse ante mi pedido.
Supongo que esa última escena se fusiona perfectamente con el despertar de la cámara. La inyección de aire con la que me despierto me devuelve la conciencia como cuando un despertador nos saca de una pesadilla.
Un poco más recuperada, advierto decenas de balizas que ahora titilan al unísono con una sincronización perfecta, al mismo tiempo que la alarma se enciende en mí. ¿Llegué a destino? Me apresuro a llegar al puente, aunque cautelosa por la advertencia que me hace la nave en todo el recorrido. Al abrir la compuerta mi cuerpo se paraliza: un inmenso robot humanoide se encuentra parado frente a la escotilla frontal, como un capitán que observa el rumbo de su barco. Sin embargo, mi presencia perturba su reflexión; el bestial robot se da vuelta y con bastante interferencia reproduce diversos sonidos que no llego a interpretar.
No reacciono. La puerta se cierra y el robot levanta los brazos avanzando hacia mí con los puños al frente. De repente, sus manos giran sobre su eje, escondiéndose en el brazo y dando lugar a 2 enormes protuberancias puntiagudas, lo suficientemente peligrosas para dejarme aún más perpleja. Este no puede ser mi final, pienso por dentro, así que ante la embestida del robot me agacho y deslizo hacia un costado, intentando rodearlo para que no me alcance. Sin embargo, estaba equivocada.
El robot continuó su carrera y se detuvo ante un panel en el que casualmente había 2 huecos donde se enchufó a sí mismo. Una vez conectado, el led en sus ojos se apagó y un holograma apareció delante del sillón de mando:
-Bienvenida, terrícola –fueron sus primeras palabras-. Me presento: mi nombre es Hell-IA, código de fabricación IvyB-1337, soy un robot asistente con una IA desarrollada por el Doctor Hilarion Von Hell. Mi misión es proteger a toda costa al Doctor Von Hell y colaborar con él en sus desarrollos y actividades. Soy también quien al conectarse con el sistema de navegación pilotea la nave. He sufrido un sabotaje en vuelo y desconozco los acontecimientos desde ese episodio. Las lecturas de la nave indican pérdida de potencia y caída en el planetoide Perseus. A los 22 días de la pérdida total de energía, se restablecen todos los circuitos de la nave y el destino en la cartografía espacial se mantiene. Las cámaras criogénicas se pusieron en servicio hace…
¡OK, suficiente! No necesito que me relates lo que estuve haciendo este tiempo, quiero que me digas como volviste a funcionar, por qué hay una alarma en la nave y donde es que estamos.
- La alarma se encuentra activa porque mi sistema de navegación no es capaz de enlazarse con el de la nave. Mandé una señal visual y sonora para pedir asistencia pero no hay personal disponible para la tarea. También mi sistema de comunicación se encuentra averiado, por lo que me veo obligado a usar la interfaz del puente. Estamos aproximadamente a 22 horas de llegar a destino, el satélite Lavanda. Mis funciones vitales recibieron el alerta de cercanía hace 2 horas como estaba estipulado en la hoja de ruta. Ordenes de desconectar el piloto automático y conectar al control manual para acercamiento y navegación dentro del satélite. Fallo reiterativo de…
¡Suficiente! ¡Por Dios! ¡Si seguís detallando todo de esa manera vamos a terminar dentro de una semana! Espera un segundo que reviso tus circuitos… Hellchat…
Revisando un gran tablero de contactos en su espalda, encuentro el problema. Alguien ha estado jugando con él, pero tengo suerte de que no hayan dañado nada. Probando un poco logro restablecer sus funciones aunque me arrepiento de haber arreglado su interfaz de comunicación, entre el tono monótono y el diseño de relato en oraciones cortas este robot es sencillamente insoportable.
Con la nave ya encaminada, me siento entonces a interrogarlo y ver si puedo aprender algo de él:
Melissa- Necesito saber varias cosas: primero, que relación tienen los humanos y los Birmen?
Hellchat- Los humanos son una raza habitante del planeta Tierra. Fueron contactados en el año 2043 por la Federación Intergaláctica al constatar que sus pruebas con agujeros negros había desembocado en un arma de destrucción masiva. La Federación envía a la raza diplomática para gestionar un cese en el desarrollo de poder destructivo. Los humanos se niegan a detener sus avances y amenazan con expulsar a los Birmen. Los Birmen se niegan a abandonar la custodia hasta que la raza humana no se desarme. La tensión en las relaciones se extiende por 3 meses. Al cuarto mes, inexplicablemente una nave Birmen se autoinmola en la ciudad de Newegg York. Los Birmen buscan responsables de semejante acto de terrorismo pero no encuentran respuestas entre sus filas. La raza humana toma esta acción como una declaración de guerra y eliminan todo rastro de los Birmen en la Tierra. Los humanos se erigen entonces como una fuerza dominante por su poder de destrucción. El 98% de los humanos que viven en el planeta está atemorizado por las decisiones de sus gobernantes. La Federación sin embargo no es capaz de hacer frente a semejante poder y sucumbe ante el yugo Humano. La raza humana comienza lentamente su expansión y renacimiento luego de su propia aniquilación en las pruebas del LHC. La raza humana ahora se dividió a si misma en 2 facciones: “Los Humanos del Nuevo Orden” y “Los Humanos Revolucionarios”. Otras entradas en el log son redundantes.
Melissa- Uff, suficiente… creo que me alcanza con esta revisión histórica por ahora. Ahora decime: ¿Qué instrucciones tenías al llegar a Lavanda?
Hellchat- Acercar nave a órbita. Solicitar permiso al Control de Órbita en Base para entrada en el espacio de dominio gubernamental. Descender y desplegar en puerto designado y aguardar órdenes.
Melissa- Bueno, ahora que estás restaurado en tus funciones podés seguir con lo que te fue ordenado. Adelante.
Me pongo a juntar mis cosas mientras nos acercamos a destino. Dejo esto en manos del latoso Hellchat, como lo he rebautizado, y espero pacientemente observando el acercamiento. Hasta que una señal de audio nos contacta:
Control de Órbita- Aquí el Control de Órbita en Base del satélite Lavanda. Solicito información de su nave, función y comandante a cargo. Cambio.
Hellchat: Nave de tripulación general USG Kishimura. Órdenes de tripulación dentro del estatuto privado de acciones del Gobierno Birmen. Comandante a cargo: Doctor Hilarion Von Hell. Solicito puerto de desembarco inmediato. Cambio.
Control de Órbita- ¿¿Qué?? ¡¿El Kishimura?! ¿De donde vienen? Tienen permiso para desplegar en el hangar número 3 de la plataforma 10. Los esperamos. Cambio.
Desde ese momento la radio se quedó muda y mirando desde lo alto se veía el despliegue de personal sobre la plataforma hacia la que íbamos. Evidentemente nos estaban esperando, aunque se los notó sorprendidos.
Al llegar finalmente, un comité de 50 personas más o menos nos esperaba. Seguramente alguien acá me podrá ayudar con mi problemita de identidad y completar un poco el cuaderno en blanco que tengo en la cabeza. Sin embargo, mayúscula fue la sorpresa de los presentes cuando de la machacada nave solo bajó una mujer y un armatoste de hierro de 2 metros.
-Bienvenidos, me presento, soy el Jefe del COB en el satélite Lavanda, Teniente Jonah Vin Hill. Disculpen mi torpeza y ansiedad, pero: ¿Ustedes son lo que quedó de la tripulación? ¿Qué pasó con el resto? ¿Hace cuanto están perdidos? ¿Llevaron a cabo la misión? No importa, no me contesten eso, solo díganme: ¡¡¿¿Dónde están Helldoc y SteelSeries??!!