Nombre: Melisa Hall (aunque si me autorizan le pondria Melissa,me gusta mas).
Escenario: En una colonia abandonada en el planeta Perseus a 50 años luz de la tierra.
Me tomé algunas libertades, y quisiera hacer algunas aclaraciones:
- ¿El conflicto principal, durante los 12 días del personaje, tiene que ser el escape? Yo escaparía en el 2do capítulo (o 3ro o 4to, aunque en mi aporte planeé para el 2do), al menos de la prisión física, y metería un poquito de trama por detrás, entrelazándola con por qué el personaje está preso, quién es SteelSeries, profundizando un poco con el gobierno opresivo de tiranos, el cual no se apreciaría muy bien desde adentro de una prisión.
- No tuve oportunidad de mostrar el idealismo del personaje, porque no lo hice interactuar con nadie. Lo postergaría para el 2do capítulo si no me fallan los planes, o con toda la furia para el 3ro. ¿O prefieren que edite y lo incorpore acá?
- Perseus, planeta, planetoide, ¿importa? Se puede cambiar.
- 50 años luz de la tierra, se puede agregar CUALQUIER cosa para justificar que un agujero negro no se trague la tierra a tan corta distancia, pero preferiría alejar un poco nuestro planetita querido, mejor no arriesgarlo
.
- La consigna dice que el personaje perdió la memoria y no recuerda quién es ni quién fué, pero no dice nada sobre cualquier conocimiento académico o cualquier habilidad que hubiese adquirido previamente y que todavía recuerde de manera intuitiva. Asumí que lo único que no recuerda es su información personal e historia.
- Tal vez me fuí un poquito al carajo con la situación, pero como yo lo veo se ajusta perfectamente al personaje, el cual tiene que ser de ese tamaño para enfrentar el conflicto que se le viene, del cual escapar de tamaña prisión es sólo el comienzo. Situación grande, necesita personaje grande o una party o pura suerte, elegí la primera, y como yo la pensé unas rejas no retendrían ni por 20 minutos a Melissa Hall (insisto, me gusta la doble s).
Capitulo 1: mi primer aventura
Desde los rincones más remotos de la imaginación.
Como casi siempre que uno sueña, no recuerdo qué estaba soñando. Pero ciertamente había despertado, aunque lo que veía ante mí era digno del más loco sueño, o de una historia para algún concurso. Estaba en una especie de valle árido, el cielo estaba despejado, y se veían las estrellas, pero no como cualquier soñador o lector de la historia las imaginaría. Lo que veían mis ojos, si es que no me engañaban, eran soles, planetas, galaxias enteras y lo que antaño fueran constelaciones, que quién sabe cuantas vidas albergarían, a cuántos marinos habrían ayudado a navegar en la noche, o cuántas civilizaciones las creerían dioses y diosas. Ya no. Ahora todo era tragado por ese monstruo espacial, aquel en toda la creación cuya única función es devorar. Ese agujero negro que se posaba tan plácido en el cielo, acabando con incontables especies, incontables sueños, como si todo ello no significara nada.
Sin embargo no acababa conmigo. A juzgar por la distancia, el planeta en el que yo estaba, si es que no era un planetoide o asteroide o una nave, orbitaba este monstruo. ¿Cómo es posible orbitar un agujero negro? Teóricamente se puede contrarrestar la gravedad generando un campo gravitatorio inverso de exactamente la misma potencia. El problema es ajustarlo constantemente, aunque debería ser posible si uno se coloca exactamente en el horizonte de eventos. Ahí debía estar yo, en el horizonte de eventos de un agujero negro.
No sé cómo sé todo esto, pero lo sé. No es que lo recuerde, de recuerdos no tengo ninguno, ni mi nombre ni mi apariencia, ni mi origen, ni cómo terminé acá. De hecho, sé que soy mujer únicamente porque me tanteé un poco el cuerpo. Pero al parecer algo de ciencia entiendo. Bastante tal vez, aunque la pregunta es si será suficiente. Suficiente para escapar.
¿Por qué escapar? Es evidente que este lugar es una prisión, ya que salir de acá, o entrar de hecho, significaría desafiar las leyes más básicas de la física, hacer lo que ni siquiera la luz puede hacer, vencer la gravedad de un agujero negro. ¿De qué escapar? La verdad es que no tengo idea. No sé cómo llegué acá ni por qué, no sé qué hice para merecer esto, si es que lo merezco. Lo único que sé de mí es que no me gusta estar encerrada, y aunque este planeta o lo que fuere es muy grande, estoy segura de que estoy sola, encerrada. No sé cómo lo sé, pero lo sé. Y no me gusta.
Luego de caminar un par de horas en una dirección al azar, encontré una nave estrellada y una instalación pequeña. Estudié primero la nave, un transporte de prisioneros de Ryner 6-4, fabricado por los kapplans. Rota, por supuesto, pero interesante de todas formas, si es que la podía reparar.
La instalación, por otro lado, se mostró un poco más amigable. No había nadie, pero encontré varias mudas de ropa de mi talle, comida y agua para tal vez un mes, y junto con todo esto un papel que decía únicamente:
Para Melisa Hall
Sinceramente,
SteelSeries.
Ok, ahora sí teníamos un dilema importante. Si estar en la prisión más impenetrable que se pueda concebir no era suficiente, podemos agregar a la lista que alguien se preocupó por mí. Tal vez hay alguien que me conoce, alguien a quien le importo, alguien que intentó ayudarme, seguramente arriesgando mucho. O tal vez Melisa Hall no soy yo, tal vez SteelSeries quiso que esto llegara a otra persona, pero ahora era mío, y de igual forma tomé para mí el nombre. Mejor ser Melisa Hall que no ser nadie. Quizá podía averiguar más si algún día encontraba a SteelSeries, quien quiera que fuera, si es que era una persona. Ciertamente le agradecería.
Otro detalle de la instalación, el más notable de momento, era que ahí se encontraba el generador del campo gravitatorio. Mi suposición estaba acertada entonces, estaba configurado para generar un campo dirigido hacia el agujero negro, con la intensidad exacta para contrarrestar el horizonte de eventos. También generaba y mantenía la atmósfera del planetoide (eso debía ser, un planetoide o un asteroide), y la gravedad interna. Procedí a desmantelar todo lo que no era estrictamente necesario.
¿Las herramientas? Estaban tiradas por ahí. Esto parecía una vieja instalación abandonada, tal vez de alguna colonia, cuando el planetoide y el gigante de ahí afuera no se encontraban tan cerca. Arquitectura terrícola diría yo, basada en los módulos con los que estaba construida. Es como armar un modular para el televisor, sólo que más grande, y más fácil. El generador evidentemente había sido construído después, y por alguien más.
¿Los conocimientos? No tengo idea. Simplemente sabía qué hacía cada cosa, y cómo desarmarla sin romper lo demás. Al parecer yo había sido una genia en este asunto, y probablemente haya sido eso lo que me hizo terminar acá. De todos modos, el conocimiento me venía bien. Muy bien, de hecho.
Luego de un rato de trabajo, me tomé un descanso, y no parecía mal darme una ducha. Ahí desnuda, inspeccionando un poco más mi cuerpo (bastante atractivo, si puedo opinar) descubrí un tatuaje en mi hombro derecho, un código de barras. ¿De la prisión? Difícil, yo era la única prisionera. Más me parecía una marca como para ganado. Un misterio más, otro que tampoco tendría sentido si no lograba escapar de acá con vida. Terminé la ducha, me cambié de ropa, y a seguir trabajando, evaluando el daño de la nave y cómo repararla. Luego vería como escapar del agujero negro, antes necesitaba en qué escapar. Pero el cansancio me pudo más, y despues de un rato el sueño me empezó a vencer, así que busqué un pasillo sin ventanas, y ahí en un suelo tan cómodo como cualquiera me acosté a dormir.
Esta vez sí recuerdo exactamente qué soñé. Soñé que no estaba sola en el planetoide, que habían hombres, o seres que parecían hombres, cubiertos con trajes de goma y escafandras. ¿Acaso no podían respirar en esta atmósfera? Pregunta más urgente sin embargo era qué hacían, qué pretendían. Se me acercaron, rodeándome, diez por lo menos en aquel valle donde despertara antes. De repente uno cargó contra mí, e intentó golpearme. En ese momento, de nuevo, me di cuenta que sabía algo, que no sé cómo lo sabía, pero lo sabía. Sabía pelear. Y muy bien.
Apenas giré sobre mis talones para esquivar a mi primer atacante, y con la misma fuerza centrífuga le propicié un golpe de costado en la cara, el cual para mi sorpresa lo envió volando unos cinco metros. No sólo sabía lo que hacía, también era rápida, y muy fuerte. Acabé con los demás en un abrir y cerrar de ojos. Y así como si nada, desperté, en el mismo suelo del pasillo donde me había dormido un tiempo antes (¿horas? ¿minutos? ¿días tal vez? No tenía forma de contar el tiempo). Había sido un sueño muy extraño, pero de alguna forma supe que era real. No reales mis atacantes, pero sí mi respuesta. Golpeé con fuerza la pared del baño, y por más que lo esperaba, me sorprendí al ver volar azulejos y parte del revoque. Mis nudillos intactos, y sin dolor.
Luego de destruir un par de cosas más, me sobrepuse y continué trabajando en la nave. Las instalaciones no me servían destrozadas, pero tampoco intactas. Mis atacantes sí habian sido imaginarios, en verdad estaba sola, y en verdad quería salir de acá, lo más pronto posible.
Por blueriver (=. Espero les guste, y se agradece muchísimo el feedback.
EDIT: pequeña edicion, agregadas un par de lineas para darle mas profundidad donde faltaba