Muammar Gaddafi está intentando frenar la mayor revuelta en los 42 años que lleva en el poder con helicópteros, misiles, morteros, granadas y ametralladoras. Su hijo, Saif al Islam, denunció un complot contra el régimen mientras que los manifestantes incendiaron el edificio central del gobierno en Trípoli.
Los manifestantes salen de a miles a las calles, pero la represión es fatal.
La situación en Libia ya no tiene retorno, y la violencia se cobra cada día más vidas. Hoy, manifestantes opositores al régimen de Muammar al Gaddafi incendiaron varios edificios públicos, entre ellos la sede de gobierno, en el séptimo día de protestas que ya dejó al menos 200 muertos a causa de la represión oficial, según reportó la cadena televisiva Al Jazeera.
El edificio central del gobierno de Libia en Trípoli está en llamas, al igual que varias estaciones de policía en la capital. Las protestas contra el régimen de Gaddafi, violentamente reprimidas por el Ejército, ya cumplen una semana y hasta el momento dejaron más de 200 muertos, según cifras extraoficiales que surgen desde los distintos hospitales.
En tanto, Saif al Islam Gaddafi, hijo del mandatario libio que hace 42 años está en el poder, dijo que Libia "no es Egipto ni Túnez", desmintió que su padre haya abandonado el país, como apuntaban algunas informaciones que ya lo daban exiliado en Venezuela, y denunció un complot contra su régimen. Además, aseguró que los medios extranjeros exageraron la cifra de muertos y también advirtió sobre el peligro de "entrar en una guerra civil".
"No queremos una guerra, somos un país de tribus, unificado por el petróleo", admitió. Además, Seif al Islam reconoció que hay indignación, que el Ejército y la policía han cometido errores y que "algunos quieren dividir al país en pequeños emiratos". Por otro lado, convocó a una instancia para discutir reformas democráticas y aseguró que "vamos a tener que forjar una nueva Constitución".
El Congreso General del Pueblo, institución equivalente al Parlamento, se reunirá hoy para discutir una "clara agenda de reformas" en el país. "Tenemos dos opciones: o actuamos todos unidos para aprovechar esta oportunidad de introducir reformas o nos hundimos en el caos", concluyó en el discurso transmitido por la televisión estatal.
Los manifestantes salen de a miles a las calles, pero la represión es fatal.
La situación en Libia ya no tiene retorno, y la violencia se cobra cada día más vidas. Hoy, manifestantes opositores al régimen de Muammar al Gaddafi incendiaron varios edificios públicos, entre ellos la sede de gobierno, en el séptimo día de protestas que ya dejó al menos 200 muertos a causa de la represión oficial, según reportó la cadena televisiva Al Jazeera.
El edificio central del gobierno de Libia en Trípoli está en llamas, al igual que varias estaciones de policía en la capital. Las protestas contra el régimen de Gaddafi, violentamente reprimidas por el Ejército, ya cumplen una semana y hasta el momento dejaron más de 200 muertos, según cifras extraoficiales que surgen desde los distintos hospitales.
En tanto, Saif al Islam Gaddafi, hijo del mandatario libio que hace 42 años está en el poder, dijo que Libia "no es Egipto ni Túnez", desmintió que su padre haya abandonado el país, como apuntaban algunas informaciones que ya lo daban exiliado en Venezuela, y denunció un complot contra su régimen. Además, aseguró que los medios extranjeros exageraron la cifra de muertos y también advirtió sobre el peligro de "entrar en una guerra civil".
"No queremos una guerra, somos un país de tribus, unificado por el petróleo", admitió. Además, Seif al Islam reconoció que hay indignación, que el Ejército y la policía han cometido errores y que "algunos quieren dividir al país en pequeños emiratos". Por otro lado, convocó a una instancia para discutir reformas democráticas y aseguró que "vamos a tener que forjar una nueva Constitución".
El Congreso General del Pueblo, institución equivalente al Parlamento, se reunirá hoy para discutir una "clara agenda de reformas" en el país. "Tenemos dos opciones: o actuamos todos unidos para aprovechar esta oportunidad de introducir reformas o nos hundimos en el caos", concluyó en el discurso transmitido por la televisión estatal.