Sangran las palabras cuando los labios cortan como navajas...
Atraviezan las miradas, cuando los dardos de la ira con desprecio hacia ti se avalanzan...
Arde el contacto, de manos calientes, que sobre la piel, al tocar hierven...
Entre armas punzantes y llamas mortales, los cimientos de un alma se desmoronan... Caen de a uno sus ladrillos, se vienen abajo los castillos, y solo quedan de ellos, esos lugubres pasillos...
No queda en el mundo, lugar para los soñadores... Que entre fantasiosos y autores, presencian la destruccion del desdibujado mundo, ya sin colores.
Qué será de los pintores, que desde su lienzo en blanco, y mente colmada de ideas, sin nada que plasmar, les otorgarán la ceguera...
La cruel realidad se eleva, y la molesta malevolencia de quienes ya no sueñan, de los residuos de quienes si lo hacen, se alimenta.
Nadie sabe lo que nos espera... Pero como duelen las armas blancas, cuando vienen de quienes jamas lo esperas.
Traiciones y heridas expuestas, hurto de sueños ajenos y vidas enteras... Maldito futuro incierto, esperanzas desparramadas entre los escombros de un posible mañana, personas espectantes e invadidas de fé... Corazones palpitantes y un mundo que gira al revés...
Entre la agonía de quienes esperamos algo mejor... Y el pesimismo de quienes se aferran a lo peor, compartimos todos aun un motivo...
Todos amamos a alguien... Y la razón vive en ése amor...
Atraviezan las miradas, cuando los dardos de la ira con desprecio hacia ti se avalanzan...
Arde el contacto, de manos calientes, que sobre la piel, al tocar hierven...
Entre armas punzantes y llamas mortales, los cimientos de un alma se desmoronan... Caen de a uno sus ladrillos, se vienen abajo los castillos, y solo quedan de ellos, esos lugubres pasillos...
No queda en el mundo, lugar para los soñadores... Que entre fantasiosos y autores, presencian la destruccion del desdibujado mundo, ya sin colores.
Qué será de los pintores, que desde su lienzo en blanco, y mente colmada de ideas, sin nada que plasmar, les otorgarán la ceguera...
La cruel realidad se eleva, y la molesta malevolencia de quienes ya no sueñan, de los residuos de quienes si lo hacen, se alimenta.
Nadie sabe lo que nos espera... Pero como duelen las armas blancas, cuando vienen de quienes jamas lo esperas.
Traiciones y heridas expuestas, hurto de sueños ajenos y vidas enteras... Maldito futuro incierto, esperanzas desparramadas entre los escombros de un posible mañana, personas espectantes e invadidas de fé... Corazones palpitantes y un mundo que gira al revés...
Entre la agonía de quienes esperamos algo mejor... Y el pesimismo de quienes se aferran a lo peor, compartimos todos aun un motivo...
Todos amamos a alguien... Y la razón vive en ése amor...