Editado: corregidos algunos detalles, agregados otros, incluido el arribo a la base. Probablemente el planeta termine hecho añicos, pero me gustó mostrarlo.
Capítulo 8: El enemigo de mi enemigo es mi amigo.
El radar de la tierra nos detecta en el aire y nos implora le demos el código de entrada, el Doc en ese momento les dice..
Helldoc: Esta es la nave de reconocimiento D3 código de entrada Alpha-1 trayendo una nave prisionera para investigación, solicito nos deje ingresar.
Tierra: Indique su destino.
Helldoc: Bolivia
Tierra: puede ingresar, tiene permiso para atracar en la base subterranea A5.
Helldoc: Perfecto.
Parecíamos estar de suerte, hoy todo había salido bien y todo iba sobre rieles cuando de repente se escucha una orden por el altavoz que es cortada de inmediatos.
Fue tan solo un instante que las miradas entre Melissa y el Doc se cruzaron cuando nos dimos cuenta de lo sucedido.
Desde la tierra se veía salir un Haz de luz que impacta sobre Helldoc, golpeando una de sus alas y haciéndolo caer en colisión hacia la tierra... el segundo disparo apenas pude esquivarlo, fué todo tan repentino y no recibimos ningún tipo de alerta en la nave!
El impacto le dio al fuselaje, pero apenas lo rozó, lo suficiente para que la nave se desestabilizara, el golpe al entrar en la atmosfera fue muy duro y la nave dio muchas vueltas, cayó en lo que parecía un desierto y la arena sirvió de alguna forma para contrarrestar el impacto.
Doc yacía intacto pero inconsciente en el suelo de la nave, los escombros estaban por todas partes; Melissa se levanta, empuja al doc pero no obtiene respuesta…
Doc.... Doc!....... DOC!!!!.
Maldita seaaa… no tiene signos de haber sufrido lesiones, ni nada raro. El pulso, la respiración…no puede ser… en su muñeca no puedo sentir sus latidos, tampoco en su cuello… maldita seaaa!!. Tanta ingeniería pero no se nada de anatomía Birmen… como saber si está vivo… por sus fosas nasales no percibo corriente de aire… aahhhhhh… maldita seaaa!!! Tiene que haber un botiquín por aquí... ¡¿Tan seguros están de eliminar a sus enemigos que no piensan en auxiliarse!? ¡No hay nada que sirva! ... mi único nexo con lo que fui y lo pierdo tan fácilmente… basta… no puedo más… estaba saliendo todo bien, dentro de lo malo… por qué!??! Vamos, vamos, no te desesperes, un esfuerzo más, piensa Melissa, piensa, piensa… Hellchat!. Donde habrá ido a parar ese pedazo de chatarra… ya sé, si hay rastros de él seguramente podré ubicarlo con el radar del Devian, si es que todavía funciona.
Yeeessss… buscando... buscando... acá estás inservible montón de chapa y bulones! Caíste cerca! Salgo corriendo en dirección al norte, entusiasmada porque la escala del mapa indicaba que no debería estar lejos, pero este desolador paisaje me agota y desalienta con cada paso mío hundiéndose en la arena. Al subir a la cima de una montaña, solo veo más montañas… el paisaje arenoso se reproduce a mi alrededor y no veo otra cosa que no sea la nada misma, amaco imi cabeza hacia todos lados tratando de ver más allá del amarillo reinante hasta que un reflejo de sol me encandila la vista: una vez repuesta diviso a la distancia el trozo de metal que actuó de baliza. Bingo! Al acercarme, las energías vuelven a mí junto con un soplo de esperanza y enterrada en la arena veo parte de la nave. El viento colabora conmigo y alcanzo a despejar la escotilla de entrada. Me tiro adentro y encuentro a Hellchat mirando los controles: ¡Microondas mal ensamblado con patas! ¡Lo conseguiste!
Hellchat: Melissa, te recuerdo que soy
Hell-IA, código de fabricación IvyB-1337, tus adjetivos no hacen referencia a ninguna de mis especificaciones.
Melissa: ¡Como me alegro de que esté bien!¿Nos seguiste?¿¡Conseguiste aterrizar la nave!? ¿Puede volar?
Hellchat: Veo que mis características dialécticas están inconscientemente enriqueciendo las tuyas. En efecto, seguí su trayectoria hacia su destino final y desvié el curso para no quedar expuesto a un nuevo ataque. El radio de aterrizaje ha sido extenso pero dentro de un porcentaje aceptable. Sin embargo, el descenso cercano al médano hizo que la nave quedara casi sepultada. También he experimentado lo que ustedes los humanos llaman deja vù respecto al aterrizaje en el planetoide Perseus, solo que en esta oportunidad el descenso ha sido mejor controlado por la potencia de los motores auxiliares. Análisis de la nave: Alas averiadas pero innecesarias para vuelo normal. Indispensables para vuelo stealth sin propulsión motora. Deshabilitada provisoriamente capacidad Stealth. Vuelo normal con propulsión y motores auxiliares en modo nivelador. Mayor consumo de combustible y nivel de ruido. Peligro de marca térmica ante nuevos ataques.
Melissa: BAS-TA. Hellchat, suficiente… creí que Sebastian te había reprogramado. Necesito llevarte hasta el Doc, rápido, está tirado en el piso y no se si está vivo!¡No respira ni tiene pulso!
Hellchat: Doctor Von Hell en buen estado de salud. Signos vitales normales, actualmente a 1.4 kilómetros de aquí y moviéndose.
Melissa: ¿Cómo? No voy a preguntar como sabes eso, que está vivo, pero ¿Cómo sabes que se está moviendo? ¡Pongámonos en marcha!
En ese instante, ponemos a volar Helldoc. En muy poco tiempo nos sacamos la arena de encima y nos dirigimos hacia la Devian. Desde lo alto, veo una nave pequeña al lado de donde debería estar el doc. ¿Cómo rayos llegaron ahí sin que los vea? Si tienen al Doc no creo que sean amistosos... estén armados o no, no tengo más remedio que bajar. Dejo los controles a Hellchat y con la nave a pocos centímetros del suelo, me tiro para llegar por sorpresa. Voy agachada tratando de ver entre la nube de arena que se formó por el viento de los motores y alcanzo a divisar al doc, de pie y esposado a un trozo de metal pesado que se desprendió de la Devian.
Melissa: Doc! ¡Estás vivo!
El Doc no me contesta, pero ahora que estoy cerca lo veo: está amordazado y medio atontado. Miro entonces a mi alrededor y me encuentro con 3 soldados armados apuntándome directamente. Se me acercan e intento dar pelea, pero es muy arriesgado, saben lo que hacen y me atacan en forma escalonada; no me queda más remedio que rendirme.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido, una segunda nave irrumpe en el escenario disparando y destruyendo el vehículo de nuestros opresores. Con la explosión distrayendo a los soldados aprovecho para abalanzarme sobre el que tengo más cerca y logro abrazarlo, inmovilizo sus brazos, lo tiro al piso y con un codazo a la cabeza lo dejo inconsciente. El segundo se me acerca y dispara, pero erra debido a la poca visibilidad. Me acerco para hacer lo mismo que con el anterior pero no puedo golpearlo. Me hace una llave y logra tomarme los brazos mientras el tercero apunta mejor. ¡No me pueden matar, no ahora! Me escurro tirándome al piso y de una patada barro con los pies del soldado, tomo su arma y lo apunto. Nos quedamos mirando entre los 3 pero enseguida aterriza la nave que estaba sobrevolando y la situación ahora era favorable para nosotros.
Melissa: ¡Doc! ¡Estás vivo! ¡No sentí tu pulso, ni tu respiración!
HellDoc: Si, en efecto te escuché la primera vez, jeje. Y lo otro mi niña es porque mi pulso no se toma como con ustedes los humanos, y tampoco respiro de forma primaria por las fosas nasales, para eso tengo estos bronquios disimulados detrás de mis orejas. Los Birmen cuando necesitamos grandes caudales de aire respiramos también por la nariz o la boca, pero por esos bronquios es que somos muy buenos nadadores. Jeje, “zapatero, a su zapato” decía un viejo refrán humano.
Que alegría. Nuevamente las cosas se encausaban como en una película, solo faltaba que el capitán de la nave salvadora sea atractivo… Pero no tuve suerte. Enseguida se presenta un hombre algo mayor, de aspecto rústico pero expresión amable.
Capi: Buenas tardes señoras y señores. Soy Gohan Suarez, capitán del escuadrón de rescate de los “Humanos Revolucionarios”, pero para no dar explicaciones sobre mi nombre y apellido, para todo el mundo parlante soy simplemente Capi. Espero que estén sanos y salvos, el enemigo de mi enemigo es mi amigo, así que les doy la bienvenida a lo que queda del ya no tan hermoso planeta Tierra.
Y yo que creí que tenía suficiente con Hellchat… Sin embargo, no puedo creer la suerte que hemos tenido. Capi había salido de patrullaje por esta zona porque el comando del Uritorco había visto como unas naves eran atacadas mientras ingresaban en la atmósfera, y como decía nuestro salvador, si nos atacaron es porque podíamos ser aliados. Su percepción nos salvó la vida, y quizás la de muchos más. Ni que todo estuviera guionado… salimos con la tripulación HellDoc completa y nuestra escolta salvadora hacia el destino programado originalmente: el Cerro Uritorco.
Camino a la zona, se puede observar la devastación del planeta. Es un desierto con oasis esporádicos. Realmente es desalentador ver el estado del planeta. No me imagino inmensas ciudades llenas de gente, enormes selvas y bosques, animales… en lugar de toda esta desolación.
Una vez en el destino, aterrizamos en unas mesetas rodeadas de árboles, y de repente con rapidez se hundieron en el piso para meternos en la Base U, como la llaman aquí. Descendimos una buena cantidad de metros hasta que de repente tanta tierra y piedra se convirtió en aire, mucho aire, muchas luces, edificios, carteles… era una cueva inconmensurable.
Hellchat: Planeta Tierra. Ciudades subterráneas: Con el fin de seguir con la vida en el planeta tierra, los humanos sobrevivientes a la tragedia armamentística fueron creando estas grandes cuevas subterráneas para habitar pacíficamente y mantenerse lejos del alcance de las armas sobre la superficie. El contacto con los rayos solares fue suplantado con lámparas URS que simulan la luz del Sol y ayudan a mantener una vida normal a los humanos. A su vez, el agua es canalizada de diversas fuentes subterráneas y desde los mismos océanos donde es posible. El Cerro Uritorco es un páramo fuera del alcance de “Los Humanos del Nuevo Orden”, debido a que consideran esta zona como de pobre desarrollo y baja influencia en el poderío militar. Dato anecdótico: el formato de las ciudades fue tomado parcialmente de un animé de época en el que la ciudad de Tokyo, devastada, creaba debajo de lo que quedó un cuartel general y una ciudad entera.
Todo se desarrolla bajo tierra, y la escala de infraestructura rompe los límites de mi imaginación: realmente hay una ciudad y una sociedad aquí abajo.
Ya detenidos en el suelo firme de lo que parece una base, nos recibe una comitiva que se presenta rápidamente:
Comandante: Es un honor realmente, Comandante J.J. Rojas, a sus órdenes. Se encuentran ahora a salvo y cuentan con todo nuestro apoyo para lo que necesiten. Deseamos que su estadía sea amena y podamos juntos llevar a cabo cosas interesantes para el desarrollo de esta etapa de la historia humana.
HellDoc: Comandante, le agradezco su hospitalidad en nombre de toda la raza Birmen. Espero que sus esfuerzos bélicos o pacíficos sean finalmente concluyentes y con el apoyo de la Federación consigamos la paz. Estoy a su disposición para lo que necesite.
Comandante: No le quepan dudas de que nuestro objetivo siempre va a ser la paz, pero de momento hay acciones que requieren de cierta moralalidad gris que su raza no posee. Por eso apreciamos su ayuda y colaboración con nosotros. Hay mucha gente aquí deseoso de conocerlo a usted, y por supuesto, a nuestra heroína. ¿Como se encuentra señorita Hall?
Melissa: Muy bien ahora Comandante, me alegra que apenas verme se me reconozca, aunque no lo crea yo apenas puedo hacerlo... Me encuentro bien, algo agotada por este arribo al planeta, pero ansiosa por recibir su ayuda. Tengo unos problemas para los cuales creo que ustedes tienen la solución. Verá, tengo amnesia, le explico…
Comandante: Está bien, no me lo explique ahora. En este momento se está preparando un gran acontecimiento aquí en el planeta, y nos gustaría ponerla al tanto para recibir su opinión, y porque no su ayuda. Perdón… no quiero ser grosero ni pecar de mal anfitrión… tenemos mucho de que hablar, pero a esta hora aquí en la tierra ya estamos preparando la cena. Le pido que nos acompañen y charlemos de todo mientras comemos algo para recobrar energías, para luego descansar. Seguramente podremos ayudarla en lo que necesite y usted a nosotros. Mañana puede ser un gran día, debemos prepararnos.